Tomar la decisión de separarse o divorciarse nunca es fácil y cuando hay hijos de por medio, especialmente menores, es aún más delicado. En Escámez Abogados, acompañamos cada día a personas que están atravesando este proceso, la mayoría de las veces lidiando con una mezcla de emociones: el miedo, la incertidumbre ante el futuro, la frustración por no haberse cumplido sus expectativas en un proyecto común, la culpa por la responsabilidad hacia sus hijos y, en definitiva, personas que atraviesan un momento vital importante.
Será decisivo la forma en que se gestione este proceso pues de hacerlo adecuadamente se obtendrá el mejor resultado para la familia y especialmente para los hijos.
Somos conscientes de que una de las mayores preocupaciones y retos para los padres que atraviesan dicha situación es lograr una separación lo menos dolorosa posible para sus hijos menores y, al mismo tiempo, tomar decisiones y encontrar soluciones legales bien informadas que protejan a toda la familia.
Por eso, hemos preparado esta guía clara y sencilla en la que explicamos, paso a paso, en qué consiste un divorcio con hijos, cómo afecta emocionalmente a los más pequeños y qué herramientas legales y personales existen para afrontarlo con serenidad.
Nuestro objetivo con este blog es ofrecerte orientación útil, realista y cercana. Para que sepas qué puedes esperar en cada fase del proceso y qué medidas tomar si buscas una separación lo más respetuosa, pacífica y equilibrada posible.
¿Por qué es importante un enfoque diferente cuando hay hijos en un divorcio?
El divorcio también lo viven los hijos
Cuando una pareja decide separarse, los adultos suelen estar centrados en resolver cuestiones legales, económicas y logísticas. Pero cuando hay hijos en común, el foco debe dirigirse, en primer lugar, hacia ellos, resolviendo prioritariamente las cuestiones que a éstos afectan a fin de que su estabilidad se vea alterada en la menor medida posible.
En estos casos, no solo estamos poniendo fin a una relación de pareja, sino que también estamos reconfigurando un núcleo familiar y ello tiene un impacto directo en la vida emocional de los menores. Es importante partir tomando conciencia de ello.
Consecuencias emocionales si no se gestiona bien
Los niños, dependiendo de su edad, pueden vivir el divorcio con sentimientos de tristeza, culpa, miedo o confusión, incluso rabia. A veces no entienden lo que está ocurriendo, y otras veces lo entienden demasiado bien pero no tienen las herramientas necesarias para manejar esta situación adecuadamente.
Si el proceso no se gestiona con el cuidado y la sensibilidad que merece, pueden aparecer consecuencias como la ansiedad, el bajo rendimiento escolar, problemas de conducta o conflictos de lealtad hacia uno de los progenitores.
Evidentemente el divorcio va a conllevar cambios logísticos, pero si los padres trasmiten a sus hijos, preferiblemente de forma conjunta, cómo se va ordenar la nueva situación familiar, con claridad y de forma detallada, así como si son capaces de hacerles sentir que dicha decisión no consiste en una separación afectiva de ellos, contribuirán a evitar alteraciones en su salud psicoemocional y a que sus hijos puedan continuar con un desarrollo emocional correcto y sano, siempre y cuando, claro ésta, los progenitores mantengan el foco en el bienestar de sus hijos.
El riesgo de que los menores se sientan en medio
Hemos visto situaciones en las que los menores sienten que deben “elegir” a uno de sus padres, o que se convierten en mensajeros de los adultos. Esto es algo que siempre debemos evitar.
No debe ponerse el peso del proceso en los hijos y que sientan la responsabilidad de decidir cómo ha de regularse la nueva situación, por ejemplo, decidiendo cuál habrá de ser el modelo de custodia.
Si bien, es conveniente, cuando lo hijos tienen cierta madurez (a partir de los 12 años o un poco antes, según el caso), explorar con ellos cuáles son sus necesidades en este momento específico, preguntarles cómo les gustaría que se ordenara la nueva situación y, de alguna forma, hacer que se sientan partícipes en el cambio que se va a producir en la vida familiar por afectarles directamente, la decisión en la regulación del nuevo marco familiar ha de recaer en los progenitores que son los adultos, quienes habrán de buscar soluciones para encajar, de la mejor forma, las necesidades de sus hijos con las circunstancias laborales y personales convergentes.
Los menores no deben sentirse responsables de un proceso que ellos nos ha iniciado y que en la mayoría de los casos no desean.
En Escámez Abogados, insistimos en que el bienestar emocional de los hijos debe estar en el centro de cualquier decisión. Por eso, defendemos un enfoque que combine el asesoramiento legal con la empatía y el respeto por los vínculos familiares.
Un divorcio bien gestionado también educa
Un divorcio bien gestionado puede convertirse en una oportunidad para enseñar a los hijos que, incluso en los momentos más difíciles, es posible actuar con respeto, diálogo y sentido común, lo cual, a largo plazo, les dará seguridad y confianza. Sin duda, también constituye una oportunidad, si se sabe aprovechar, para los padres por el aprendizaje que toda situación de crisis comporta, los cuales saldrán fortalecidos como adultos por el trabajo personal y conjunto realizado para la obtención del resultado más favorable por el bienestar de sus hijos y de la familia.
¿Qué pasos hay que seguir para divorciarse con hijos en España?
Cuando hay hijos menores en común, el divorcio requiere una serie de pasos adicionales que buscan garantizar su bienestar y la seguridad jurídica.
A continuación, te explicamos el proceso de forma clara, paso a paso.
1. Decisión de separación: primeros pasos legales y emocionales
Antes de iniciar el proceso, es importante hacer una reflexión conjunta (o individual si no hay entendimiento) sobre cómo se va a afrontar la separación. Cuando existen hijos menores, recomendamos que los primeros pasos incluyan tanto el asesoramiento legal como el apoyo emocional por parte de un profesional, si es necesario, para poder tomar decisiones con claridad.
También es esencial decidir si se va a optar por un divorcio de mutuo acuerdo o un divorcio contencioso. En los casos en los que ambos progenitores estén de acuerdo en los términos de un convenio regulador, el proceso es mucho más rápido, económico, comporta un menor desgaste personal y, sobre todo, es menos traumático para los hijos.
2. Requisitos legales previos
- Para poder solicitar el divorcio deben haber transcurrido tres meses de la celebración del matrimonio.
- Es preceptiva la intervención de abogado y procurador.
- El Juzgado competente territorialmente para conocer el proceso será el del lugar del domicilio conyugal y, en el caso de residir los cónyuges en distintos partidos judiciales, será tribunal competente, a elección del demandante, el del último domicilio del matrimonio o el de residencia del demandado. Por el contrario, en el procedimiento de separación o divorcio de mutuo acuerdo, será competente el Juzgado del último domicilio común o el del domicilio de cualquiera de los solicitantes.
3. Documentación necesaria
Para iniciar el proceso de divorcio, es necesario reunir cierta documentación básica. Con carácter general, lo habitual es que se soliciten:
- Certificado literal de matrimonio.
- Certificados literales de nacimiento de los hijos.
- Certificado de empadronamiento colectivo para acreditar residencia.
- Documentación de carácter económico: nóminas, declaraciones de la renta, certificado de prestaciones o cualquier otro documento que acredite los ingresos.
- En caso de mutuo acuerdo, el convenio regulador suscrito por ambas partes.
- En caso de proceso contencioso, será necesario, además, documentación que abunde en la capacidad económica familiar, tal como: documentación bancaria, escrituras de propiedad, contratos de alquiler, hipotecas y deudas en común, así como documentación que justifique las medidas solicitadas, tal como: certificaciones escolares, informes médicos, material audio y/o visual que acredite la guarda y custodia o la implicación parental, informes periciales, justificantes de los gastos familiares, actividades de los menores, horarios laborales etc.
La documentación puede variar ligeramente según el caso, pero estos son los documentos comunes. La clave está en tenerlo todo preparado para evitar retrasos innecesarios.
4. Redacción del convenio regulador en los divorcios de mutuo acuerdo
El convenio regulador es el documento central en los divorcios con hijos cuando hay acuerdo entre las partes. En el convenio regulador ha de acordarse:
- El tipo de custodia (compartida o exclusiva).
- Cuestiones relativas a la patria potestad.
- El régimen de visitas.
- La pensión alimenticia.
- El uso de la vivienda familiar.
- Cómo se contribuye a los gastos extraordinarios y cuáles son.
- Cualquier otro aspecto relevante en la vida diaria de los menores.
Otras cuestiones regulables:
- En su caso, si procede y se acuerda, pensión compensatoria y/o indemnizatoria a favor de uno de los cónyuges.
- Si se decide, también se puede liquidar la sociedad de gananciales o dejar confeccionado el inventario.
Aunque existen modelos online, recomendamos que este documento lo redacte un abogado especializado en derecho de familia. Nos encontramos con frecuencia con convenios mal redactados o incompletos que luego generan conflictos o deben modificarse.
Cada convenio obedece a una situación específica de cada familia, por tanto, debe ajustase a sus concretas necesidades y ser lo más preciso posible en su redacción a fin de evitar que las partes tengan que acudir a un nuevo proceso judicial, de ejecución o de modificación de las medidas acordadas, o bien que queden atrapadas en situaciones injustas.
En la redacción de dicho convenio regulador y en la dirección técnica del proceso de mutuo acuerdo puede intervenir un solo Letrado asistiendo a ambas partes, o sólo a una de ellas con el consentimiento de la otra. También cada parte puede estar asistida por su propio Letrado y ambos negociarán y redactarán dicho convenio regulador.
5. Ratificación judicial o notarial de convenio regulador
Una vez redactado el convenio, hay que solicitar el divorcio. Si el proceso es de mutuo acuerdo, existen dos vías:
- Judicial: se presenta la demanda de divorcio, junto con el convenio regulador y la documentación oportuna, en el Juzgado y ambas partes deberán acudir, cuando sean citados, a ratificarlo en presencia del Letrado de la Administración de Justicia. Cuando existen hijos mayores de edad, y se han acordado pensiones alimenticias a su favor, es habitual que el Juzgado cite también a éstos a fin de que presente su consentimiento.
Tras la ratificación, el convenio regulador será remitido al Ministerio Fiscal para que dé su visto bueno, es decir, compruebe que sus cláusulas protegen adecuadamente el interés del menor y a continuación se dictará la oportuna resolución acordando el divorcio y aprobando el convenio regulador. El Juzgado de oficio remitirá comunicación al Registro Civil de dicha resolución para la inscripción del divorcio.
- Notarial: solo es posible si no hay hijos menores o dependientes. En los casos con hijos menores, el paso por el Juzgado es obligatorio pues es preceptiva la intervención de la figura del Ministerio Fiscal.
Si alguna de las partes no acude a la ratificación judicial, el procedimiento se archivará, lo que obliga a comenzar de nuevo. Por eso, es muy importante contar con un compromiso firme de colaboración si se opta por el mutuo acuerdo.
El tiempo del proceso de mutuo acuerdo en sede judicial dura entre dos a cuatro meses, si bien dependerá de la carga de Juzgado competente.
6. En caso de proceso contencioso
En caso de no haber podido las partes alcanzar un acuerdo y se decida iniciar la vía contenciosa, es preciso acreditar documentalmente, como requisito de procedibilidad, al momento de interponer la demanda, haber intentado alcanzar un acuerdo con la otra parte a través de uno de los medios adecuados de solución de controversias regulados en la Ley Orgánica 1/2025, de 2 de enero, de medidas en materia de eficiencia del Servicio Público de Justicia.
En materia de derecho de familia, encajan como medios idóneos: la mediación y la negociación entre las partes a través de sus Letrados debidamente autorizados. De no acreditarse por las partes haber cumplido este requisito previo la demanda será inadmitida.
7. Fases de proceso contencioso
El proceso de divorcio contencioso transcurrirá por las siguientes fases:
a) Interposición de la demanda
- Se presenta la demanda con toda la documentación justificativa ante el Juzgado de Primera Instancia correspondiente y se da traslado a la parte demandada para que en un plazo de veinte días hábiles conteste. Si no contesta se le declarará la rebeldía y el proceso continuará en su ausencia notificándole únicamente la declaración de rebeldía, la citación a juicio y la resolución que ponga fin al proceso.
- El proceso se sustanciará por los trámites del juicio verbal con las especialidades previstas en la Ley de Enjuiciamiento Civil, dado que se trata de un procedimiento especial.
- Será preceptiva la intervención del Ministerio Fiscal, siempre que en el procedimiento exista un menor, persona con discapacidad o esté en situación de ausencia legal.
b) Contestación y posibles reconvenciones
- La parte demandada puede contestar y plantear reconvención con sus propias pretensiones, de la cual se le dará trasladado a la parte demandante para que la conteste en el plazo de diez días.
c) Pruebas y audiencia
- En sus respectivos escritos de demanda y contestación las partes aportarán prueba documental, así como informes de peritos y proponer la práctica de toda aquella prueba anticipada que se considere pertinente y útil al objeto del procedimiento. En este caso, se procurará que el resultado de dicha prueba admitida o acordada obre en las actuaciones con anterioridad a la celebración de la vista, estando a disposición de las partes.
- De igual forma podrán solicitar con carácter previo a la celebración del juicio los testigos que deben ser citados judicialmente.
- En estos procesos, sin perjuicio de las pruebas que se practiquen a instancia del Ministerio Fiscal y de las demás partes, el tribunal podrá decretar de oficio cuantas estime pertinentes.
- Celebración de la vista oral (juicio verbal) a la que deberán concurrir los cónyuges por sí mismos, y donde se propone, se admite y se practica la prueba.
- Si el procedimiento fuere contencioso y se estimare necesario de oficio o a petición del fiscal, partes o miembros del equipo técnico judicial o de los propios hijos, podrán ser oídos cuando tengan menos de doce años, debiendo ser oídos en todo caso si hubieran alcanzado dicha edad.
- Una vez practicadas las pruebas el Tribunal permitirá a las partes formular oralmente sus conclusiones.
d) Sentencia
- El Juez dicta sentencia resolviendo las cuestiones controvertidas estableciendo, pues, las medidas definitivas de carácter personal y económico, acordando el divorcio de las partes y ordenando de oficio su inscripción en el Registro Civil.
e) Recursos
- Si alguna parte no está conforme, puede presentar un recurso de apelación, en el plazo de veinte días desde la notificación de la sentencia ante la Audiencia Provincial.
El proceso de divorcio contencioso suele durar entre 6 meses y más de un año, según la complejidad y carga del Juzgado.
¿Cómo afecta el divorcio a los hijos y cómo podemos protegerlos?
Cuando hay hijos en común, uno de los mayores temores de cualquier madre o padre al afrontar un divorcio es cómo va a afectar esta situación a sus hijos. Es una preocupación lógica y legítima.
Por eso, creemos que no basta con cumplir los requisitos legales, es fundamental entender lo que viven los menores durante este proceso y acompañarlos adecuadamente en cada etapa.
Reacciones comunes según la edad
La forma en la que los hijos afrontan el divorcio depende en gran medida de su edad y nivel de madurez.
A lo largo de nuestra experiencia, hemos visto reacciones muy distintas que, sin ser preocupantes por sí solas, requieren atención y acompañamiento.
- Niños pequeños (0–6 años): pueden mostrarse irritables, tener cambios de comportamiento o mostrar regresiones (volverse a hacer pis, miedo a dormir solos, etc.). No siempre entienden lo que está pasando, pero sí perciben los cambios y tensiones.
- Niños de primaria (6–12 años): en esta etapa suelen comprender que sus padres ya no estarán juntos, pero pueden sentirse culpables o angustiados. Aparecen preguntas frecuentes sobre el futuro: con quién van a vivir, si van a ver a ambos padres, si cambiarán de colegio, de residencia, etc.
- Adolescentes: a veces intentan aparentar que no les afecta, pero internamente pueden vivir el proceso con frustración, rabia o tristeza. Algunos se posicionan con uno de los progenitores, otros se distancian emocionalmente o buscan refugio en su grupo de amigos.
- Hijos mayores o adultos jóvenes: aunque ya no dependan directamente de sus padres, también se ven afectados. Pueden sentirse desorientados o tristes ante la ruptura del modelo familiar que conocían.
En todos los casos, la mejor manera de protegerlos es mantener la comunicación abierta, responder a sus dudas con claridad y transmitirles que siguen siendo lo más importante para ambos padres.
Cómo explicar el divorcio a los hijos
No existe una única forma correcta de explicar un divorcio, pero sí hay maneras de hacerlo con más sensibilidad y menos impacto emocional. Lo ideal es que ambos progenitores den juntos la noticia, en un momento tranquilo y con un lenguaje adaptado a la edad del niño.
Estos son algunos consejos que solemos compartir con las familias:
- Evitar culpabilizar o hablar mal del otro progenitor.
- Usar frases simples y honestas, como: “Papá y mamá ya no van a vivir juntos, pero los dos vamos a seguir cuidándote y queriéndote igual que siempre”.
- Reforzar la idea de estabilidad: dónde vivirán, si cambiarán de colegio, con quién pasarán los fines de semana, etc.
- Escuchar sus emociones sin corregirlas. Si lloran, se enfadan o se callan, necesitan sentirse seguros para expresarse.
Además, cuando los menores muestran mucha tristeza, ansiedad o cambios de conducta prolongados, es conveniente consultar y contar con ayuda terapéutica profesional para que estas alteraciones sean tratadas, así como para dotar a los padres de las herramientas necesarias en la relación con sus hijos y exista un acompañamiento en la dinámica del nuevo sistema familiar.
Si te encuentras atravesando un proceso de ruptura con hijos, esperamos te haya podido servir de ayuda este artículo, basado en la experiencia de los casos que diariamente atendemos en Escámez Abogados y recogiendo las respuestas a las dudas más habituales que se nos plantean.
Proteger emocionalmente a los hijos durante un divorcio no es solo una cuestión de amor hacia ellos sino también es una cuestión de responsabilidad y de acompañamiento consciente por parte de sus progenitores.





